El país de Marruecos posee bastantes destinos y atractivos turísticos bastante destacados, para que cualquier visitante se llene de magia y cultura, sobre todo del Magreb, de las tradiciones, de la historia y de los modos de vida.
Sin embargo, en los últimos años Marrakech se ha transformado en un destino turístico favorito para muchísimas personas que proceden de occidente. Tánger es nada más y nada menos que un destino elegido para los europeos, por el impresionante patrimonio de historia y cultura que posee, y por la infinidad de atracciones y atractivos. Lo que ciertamente atrae intensamente al turista o a cualquier viajero al emprender una visita a Tánger, es la medina que posee. Son callejuelas muy estrechas, edificaciones en un blanco impoluto, con patios decorados de una forma magistral, plazas escandalosas y también con un adecuado mirador al mar, el cual lo complementa como un lugar que posee una apariencia más que mágica. Este sitio está repleto de raíces de historia, las cuales datan de la época romana, e influenciados por las culturas mediterráneas de Europa, así como la de Portugal o España.
Nadie debería perderse un paseo en la medina, el Gran Zoco, el cual es un grandioso mercado que reside en la calle, de muchos colores y unas sensaciones extremas, en donde captan nuestra atención las imágenes de los campesinos que están vendiendo las cosechas y los animales. Desde la plaza de nombre 9 de Abril, emprendiendo una caminata, se llegaría hasta el Zocho Chico. Este es en realidad una plaza repleta de restaurantes, cafés, etc. Posee un sabor de estilo bohemio en donde sería recomendable disfrutar de todo esto con un exquisito té, contemplando el espectáculo, del trasiego ambulante de la zona circundante.
Desde aquel lugar se puede proseguir con caminatas y detenerse en las edificaciones más destacadas como la Mendoubia, la residencia del mismo Mendoub, la cual vigilaba en favor del sultán, en caso de que se presentaran avances de invasores extranjeros. Fuera de la misma medina, nos podría encantar una tradición de las gentes de la ciudad de Tánger, que se encuentra bastante asociada a otro atractivo impresionante, los miradores al mar. Por ejemplo, de esta forma en el bulevar Mohamed V, en conjunto con el muy conocido Café París, se le aconseja a cualquier visitante que se siente en uno de los muros y deleitarse con la imponente vista al océano, en esta famosa tierra de energía relajada.
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